jueves, 26 de noviembre de 2009

Moño a lo Audrey Hepburn o a lo Mª Antonieta

Pues ni una cosa ni otra, la verdad. Lo que más me horripila del día de la boda (el "Gran Día") es no parecer yo... parecer que haya sido poseída por otra persona: más guapa, más fea, más elegante, más hortera, en definitiva, que la gente diga: está guapa (por ejemplo), pero no parece ella.





Y con esto no quiero decir que esté de acuerdo con el topicazo: hay que ir muy natural... peinado hiper sencillo (muy peinado, pero "aparentemente" natural), maquillaje muy natural, of course (cara hiper maquillada pero "aparentemente" efecto lavado)... NOOOOOO.... Quiero ser yo... nunca iría con el pelo estirado e hiper peinado, entre otras cosas, porque mi cantidad de pelo no me lo permitiría. Nunca llevaría el pelo lacio, entre otras cosas, porque a la media hora parecería que he salido de un cuadro del S.XVIII por los bucles que se me forman debido a la humedad malagueña. Y, por supuesto, nunca iría con la tez pálida, los ojos con sombras marrones y salmón y los labios anaranjados... Ufff, sólo de pensarlo me estoy dando miedo a mí misma.

A eso se une que mi peluquera, la de toda la vida, si esa que tiene una peluquería de lo más "kitsch", y no porque conozca el término, si no porque el "centro de estética y peluquería" es una casa, con sus perros danzando, con las revistas del Hola, con las viejecitas del barrio que van a cardarse el pelo todos los viernes y las jovenzuelas que no se dan cuenta que las mechas ya no se llevan (si algún día se llevaron...). Ella, África, la mujer ciclotímica, que lo mismo un día te cuenta su vida en verso y te piropea, que al día siguiente ni te mira (imagina entonces cómo te corta el pelo). Ella, mujer liberal y que conoce todo remedio médico para cualquier dolencia me dice: "Tendrás que dejarte el pelo más largo, ¿no?" En ese momento, mis alarmas se disparan y pienso "¿Para qué?"... Y visualizo el típico moño de bucles por detrás con puntitas de perlas salpicadas y dos preciosos mechones ondulados sobre mi cara... Yo le digo, claro está, "no, tengo muy clara la idea. Te traeré fotos de lo que quiero." Esta Navidad apareceré con mi portátil mac en la peluquería y le enseñaré mi archivo de peinados bonitos, elegantes, a la par que naturales, para que se inspire, llore indignada por lo que le pido o se niegue a reproducirlo. Pero, sobre todo, para que se olvide de los típicos moños bodiles...

Aún no lo tengo claro:

Recogido







Suelto



Medio recogido







Pero, lo que si tengo claro es el estilo a imitar, salvando las distancia, el de Diana Kruger. Preciosos todos:







Lo bueno es que ella en rubía y monísima, tiene el pelo finito y en aquella época del mismo largo que yo. Yo creo que lo importante es tener la idea clara chicas y luego conseguir que tu peluquera/o de confianza (nuestra África de cada uno) nos haga caso y lo haga lo mejor posible, ya que nadie como ella conoce mejor nuestro pelo y sus posibilidades.

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